
Me llamo Carme Nicolau y empecé a coser en 2016, hice una tote bag.
No imaginaba que aquella puntada iba a cambiarme la vida.
Ese día decidí dejar de comprar ropa y empezar a crear mi propio armario.
Detrás de cada prenda que cosía había un sueño, una emoción y un universo que decía más de mí que cualquier palabra.
Cosiendo descubrí quién era de verdad:
qué ropa me hacía bien, qué me hacía brillar, qué estilo hablaba mi idioma interior.
Los vestidos, mi gran pasión, fueron mis maestros.
Cosiéndolos aprendí a reconciliarme con mi cuerpo, a mirarlo con respeto, a celebrarlo en vez de esconderlo.
Cada curva, cada caída, cada costura se convirtió en una forma de volver a mí.
Con el tiempo entendí que la costura no era solo técnica.
Era autoconocimiento, identidad y presencia.
Un diálogo íntimo entre el cuerpo, las manos y la intención.
Una manera de recordar quién soy cuando la vida se vuelve ruidosa.
De ahí nace este concepto y este espacio: Co·Ser.
Porque aquí, coser no es la finalidad: es el camino.
Un camino para volver a ti, para escucharte, para celebrarte
y para crear ropa que te sostenga, te represente y te haga sentir viva.
En Atelier Carmesí acompaño a mujeres que quieren algo más que aprender a coser:
mujeres que quieren verse, reconocerse, reconectar.
Mujeres que llevan tiempo olvidándose un poco de sí mismas
y que presienten que, entre hilos y telas, hay una forma de volver.
Coser es recordar quién eres.
Coser es abrazarte entera.
Coser es volver a ti.
Aquí, no vienes solo a coser prendas.
Vienes a coserte a ti.
Y yo estaré a tu lado para acompañarte en ese camino.
